El país y su gente no pueden darse el lujo de esperar tanto tiempo.
1. No pueden esperar los trabajadores y los empresarios, amenazados por una economía que se estanca.
Con la caída del precio del petróleo, el país se está quedando sin liquidez. Al gobierno le faltan entre
4 y 7 mil millones de dólares para cerrar la brecha fiscal, y no hay quién le preste ese dinero.
Según el ex Superinten-dente de Bancos Pedro Solines, eso significa que "habrá contracción en el circulante, habrá menos gente que deposite y, a la vez, habrá menos dinero para prestar".
Solines prevé todo eso para este año, no para el 2017.
El resultado ya se observa: el desempleo aumenta (aunque el gobierno manipule descaradamente las cifras para ocultarlo). La pobreza NO se reduce, como en los tres últimos gobiernos, sino que en ciertas áreas marginales se comienza a extender de nuevo. El crédito se contrae, la producción se estanca, las ventas se paralizan.
2. No pueden esperar nuestras familias, amenazadas por los carteles de la droga.
El año que los norteamericanos abandonaron la base de Manta se capturaron 68 toneladas de droga. Se estimaba entonces que eso representaba quizás una quinta parte de toda la droga que circulaba en el Ecuador. Al año siguiente, la cifra se derrumbó a 18 toneladas. Recién el año pasado, cinco años después, se volvió a decomisar una cifra parecida a la del 2009, 61 toneladas, pero mientras tanto, el tráfico se duplicó o triplicó, lo que significa que sólo estamos capturando una pequeñísima porción de un monstruo que ha crecido y que nos engulle sin que nadie lo detenga.
Los narcotraficantes han infiltrado la Policía, la Fiscalía, la Cancillería, las empresas estatales. El comercio de la droga entró en los colegios, incluso las escuelas. A este gobierno, la cocaína le sale por los oídos. En dos años más, el daño será irreversible.
3. No pueden esperar los perseguidos.
No pueden esperar Mery Zamora, que antes del 2017 acabará en una mazmorra; CrudoEcuador, obligado a guardar silencio porque amenazaron a sus hijos; Galo Lara, Cléver Jiménez, Fernando Villavicencio, perseguidos, encarcelados, torturados por el desamparo de sus familias; los periodistas y la prensa, forzados a escoger entre el silencio y la humillación; las universidades, transformadas en centros del pensamiento único oficial.
4. No pueden esperar ni siquiera los futuros candidatos, porque si no peleamos ahora no habrá elecciones limpias el 2017.
El Consejo Nacional Electoral destituyó al presidente que ellos mismos designaron cuando se los ordenó Rafael Correa. El nuevo funcionario acudió, con su familia, al Palacio de Gobierno, a agradecerle al presidente por su designación.
¿De verdad alguien cree que gente así organizará, dentro de dos años, unas elecciones limpias? Sólo si nos movilizamos desde ahora habrá alguna garantía de que se respete la voluntad popular.
5. Pero sobre todo, y esto es lo más importante, no pueden esperar los muertos.
Sí, los muertos.
Años atrás, el pueblo sencillo acostumbraba decir, encogiéndose de hombros: "Que roben, señor, y que mientan, pero que me pavimenten por favor mi callecita..."?
Estos mienten y roban de la misma forma, exactamente igual.
Pero, además, estos asesinan.
Matan a sangre fría, sin piedad, sin pensarlo dos veces.
El periodista Fausto Valdivieso, el general Jorge Gabela, el policía Froilán Jiménez, la esposa de Quinto Pazmiño, el líder indígena José Isidro Tendetza... y tantos otros que la prensa olvida.
Hay más, varios más, que aguardan el día de su muerte en una lista negra de sentenciados, que la dictadura conserva en un cajón secreto. Ellos no pueden esperar.
La pelea es ahora
No podemos esperar. El pueblo no es candidato así que no puede esperar. Necesita defenderse. Necesita asegurar ahora el pan, el empleo, la tranquilidad de sus familias.
En realidad, el pueblo ya comenzó a defenderse. La próxima jornada será el 19 de marzo, cuando hombres y mujeres saldrán a las calles a expresar su repudio a la dictadura, convocados por los sindicatos y las organizaciones indígenas.
Ese día, los dirigentes del acuerdo de Cuenca tendrán que manifestarse, como se manifiestan los hombres libres. Ojalá que no vayan solos. Ojalá que hayan ampliado la unidad a otras fuerzas, innecesariamente excluidas, CREO, Pachakutik, el MPD (ahora Unidad Popular), Sociedad Patriótica, y tantos otros que se han ganado un lugar en la oposición.
La unidad es de todos los que quieran unirse. Que se queden fuera sólo los que así lo escojan. No excluyamos previamente a nadie por un cálculo de fracción.